El Método AP: Estrategia y liderazgo en bioestimulación vegetal
En México, Algas Pacific ha sido pionera en el desarrollo de soluciones agrícolas elaboradas a base de algas marinas.
Por Ana Isabel Rodríguez
En los últimos años, la producción de insumos agrícolas para la protección de cultivos se ha transformado con base en varias tendencias, entre las que destacan la asociación y rotación de cultivos, así como las regulaciones medioambientales y la demanda de alimentos más inocuos. Además, el aumento de la población, la disminución de las tierras cultivables, la necesidad de aumentar la productividad agrícola y garantizar la seguridad alimentaria también plantean un desafío para la industria de protección de cultivos a nivel mundial. De acuerdo con la consultora de mercado Mordor Intelligence, sólo el valor del mercado global de fungicidas se estima en 22 mil millones de dólares. En este segmento, la resistencia de algunos hongos a los insumos existentes y la aparición de nuevas enfermedades en las plantas han llevado a las empresas a encontrar productos novedosos para combatir mutaciones y reducir las pérdidas para los agricultores.
En México, la empresa Algas Pacific ha sido pionera en el desarrollo de soluciones agrícolas elaboradas a base de algas marinas, específicamente Macrocystis pyrifera y Gelidium robustum. Hace 12 años, cuando poco se hablaba de bioestimulantes a base de algas, Algas Pacific apostó por el desarrollo de productos diferenciados para problemas agrícolas específicos, destaca Myrna Lora, gerente de Marketing y Comunicación.
“Hemos sido punta de lanza en la creación de soluciones agrícolas de alta calidad, somos competitivos ante cualquier empresa en el mercado internacional porque garantizamos al agricultor los resultados que busca”, apunta en entrevista para Agro Orgánico.
Por su parte, el director general y socio fundador de Algas Pacific, David Lora, destaca como uno de los principales diferenciadores de la empresa el hecho de ser un proveedor confiable de tecnología para necesidades específicas de los cultivos, con base en una adecuada relación costo-beneficio.
Esta certeza de calidad está garantizada por la efectividad de los productos y, literalmente, con una póliza de responsabilidad civil internacional que cubre daños relacionados con el uso de los productos de la empresa; en agosto de este año, Algas Pacific celebró su 12 aniversario sin una sola controversia.
El Método AP
La estrategia de Algas Pacific se engloba en el Método AP, un sistema que consiste en extraer los componentes de las algas marinas mediante un proceso único que permite mantener las cualidades de los compuestos biodisponibles para su aplicación ante requerimientos específicos. El Método AP es otro diferenciador de la empresa porque ha sido desarrollado con base en la experiencia obtenida durante más de una década para ofrecer productos que brinden soluciones integrales a lo largo de toda la cadena de valor, desde la cosecha de las algas hasta la aplicación de los bioestimulantes y nutrientes en campo. A partir de este modelo, se desarrollaron los bioestimulantes Kelproot y NPKelp, así como los nutrientes ZnKelp, CopperKelp y Larusoil, este último elaborado a base de guano de aves marinas. Para el desarrollo de CopperKelp y ZnKelp, Algas Pacific evaluó por separado el funcionamiento del cobre, el zinc y las algas marinas, para después integrar sus cualidades en una molécula estable que potencializa los resultados en campo, explica el gerente de Investigación y Desarrollo de Algas Pacific, Erick Guerrero.
Con el uso de CopperKelp, la empresa logró reducir hasta en un 50% las cantidades de cobre que contiene un insumo convencional. Esto es de suma importancia porque si bien el cobre es un potente fungicida y bactericida –que por lo general se aplica vía foliar– tiene el efecto negativo de erradicar tanto los patógenos como la microbiología en los suelos. Y lo mismo ocurre cuando se aplica directamente en las hojas de las plantas, explica el oceanólogo David Lora: el cobre “cumple” con su tarea como fungicida, pero al mismo tiempo genera un estrés a la planta que le impide trabajar en funciones vitales para su desarrollo.
Para evitar este efecto, Algas Pacific creó CopperKelp, que contiene las concentraciones adecuadas de cobre para actuar de forma preventiva, ya que al entrar en contacto con las plantas tiene un efecto elicitor, es decir, activa los mecanismos de defensa para que ante la presencia de una enfermedad o patógeno, la planta minimice el efecto de la enfermedad y canalice su energía en seguir con su desarrollo y lograr los rendimientos esperados y frutos de calidad.
En cultivos de ciclo corto, como las hortalizas, el tiempo es vital, apunta David Lora: “si tú dejas que la planta se estrese por una semana, necesitas una más para que se recupere, entonces esta dejó de producir 15 días porque concentró su energía en solventar su proceso de enfermedad. Por eso, aplicar soluciones preventivas es tan importante”. Aunque este producto fue desarrollado pensando en producciones orgánicas, el bioingeniero Erick Guerrero menciona que la tendencia internacional de reducir las aplicaciones de agroquímicos ha incrementado el uso de soluciones como CopperKelp y ZnKelp en cultivos convencionales.
Con ZnKelp, el objetivo fue lograr que los suelos tuvieran una mejor absorción del zinc. Esto representa un reto en suelos degradados que no cuentan con las condiciones adecuadas para que la absorción ocurra naturalmente. Sin embargo este producto permite que las algas marinas “secuestren” el zinc para que la planta lo asimile y logre alimentarse mejor.
“Siempre buscamos que nuestros productos se diferencien de los que hay en el mercado porque no se trata sólo de mezclar elementos. Nosotros utilizamos nanotecnología para desarrollar soluciones que sean fácilmente asimilables y lleguen desde el suelo hasta la punta de cada hoja”, enfatiza David Lora.
ZnKelp salió al mercado en 2020 como resultado de pruebas realizadas en el cultivo de nogal. Los beneficios de este producto se han hecho extensivos a otros cultivos porque además de su efecto en la nutrición, su aplicación mediante riego o vía foliar reduce los costos de operación, ya que por lo general la aplicación convencional del zinc requiere el uso de maquinaria especializada.
En cuanto a los resultados, Erick Guerrero precisa que éstos varían según los cultivos, aunque invariablemente son acumulativos. En hortalizas el proceso es más rápido, mientras que en frutales puede tomar entre dos y cuatro años. Asimismo, en cultivos extensivos como el maíz, con sólo dos aplicaciones de ZnKelp se logró incrementar los rendimientos hasta en una y media toneladas por hectárea.
En este contexto, el gerente de Investigación y Desarrollo de Algas Pacific asegura que la mejora continua de los productos desarrollados por la empresa es una constante porque en la agricultura “nada es estático”: siempre hay cambios en el clima, en los precios de mercado o en los manejos de los agricultores. “No puedo llegar con un productor de arándano y decirle que mis productos van a darle 40% más en rendimientos, porque probablemente lo que él necesita es que su fruta tenga mayor vida de anaquel y mantenga las condiciones adecuadas desde que se cosecha hasta que llega al supermercado.
Y si le digo a un productor de maíz que lo voy a ayudar a que su grano se mantenga en buenas condiciones en silo, durante tres años, no le va a interesar porque lo que le preocupa es mantener e incrementar sus rendimientos. Por eso, antes de hacer una propuesta de negocio, partimos siempre de las necesidades de los clientes. Detrás de cada etiqueta de Algas Pacific hay gente que continuamente piensa en cómo ofrecer más beneficios a los agricultores”.
En cuanto a CopperKelp, las primeras aplicaciones se realizaron en cultivos enfermos, lo que permitió identificar su acción fungistática o bacteriostática según el origen de la enfermedad, por hongos o bacterias– que detiene el
daño y brinda a la planta la energía necesaria para seguir produciendo, explica el oceanólogo David Lora.
Este efecto positivo se comprobó desde las pruebas en campo en 2017 –un año antes de que CopperKelp fuera puesto en el mercado– en cultivos afectados por el cáncer bacteriano del tomate. Esta enfermedad es una de las más devastadoras para el tomate en México y el mundo, porque en menos de dos semanas puede provocar pérdidas de hasta el 80% de la producción.
Es importante precisar que CopperKelp no elimina la enfermedad “de golpe”, pero la detiene. Entonces aunque la planta tenga afectaciones físicas sigue produciendo y aunque sí hay merma, esta se reduce en promedio a un 15%. Una experiencia similar ocurrió con el cultivo de frambuesa, muy susceptible a la roya. El problema con este fruto es que una vez cosechado, no pueden hacerse aplicaciones correctivas, especialmente porque es un cultivo de exportación.
La roya de la frambuesa ataca al final de la cosecha y muchas veces, como medida de emergencia, los productores aplican agroquímicos; esto pone en riesgo toda una producción si en los análisis finales se detecta residualidad. Cuando CopperKelp se aplicó a frambuesas afectadas con roya, la enfermedad se detuvo y el productor pudo seguir cosechando sin necesidad de realizar una aplicación emergente que puede generar contaminación de los frutos.
Soluciones para nuevos desafíos
Con base en su experiencia, el oceanólogo David Lora considera que uno de los principales desafíos para la agricultura está en “pensar fuera de la caja” para dejar de hacer lo mismo esperando resultados diferentes. La agricultura, afirma, “necesita innovar para ser más eficiente en todos los sentidos, operativamente y administrativamente, lo que implica invertir en soluciones de calidad.
Por ello, comprar insumos ‘baratos’ no necesariamente significa más eficacia”. En este sentido, Algas Pacific compite en el mercado internacional con precios similares a los de grandes compañías trasnacionales, con la diferencia de que garantiza el retorno de la inversión ante diferentes escenarios, además de mayor rentabilidad y sostenibilidad, tanto medioambiental como económica.
Otro desafío es aprender a convivir con los “enemigos naturales”, adelantando soluciones de forma preventiva. Al respecto, el bioingeniero Erick Guerrero recuerda que cuando CopperKelp se introdujo al mercado de Europa y Sudamérica, los productores se mostraron muy interesados en el impacto de este producto en la microbiología endémica de los suelos.
A esta preocupación se sumaron las resistencias en ciertos patógenos y la acumulación de sustancias en los suelos, lo que explica por qué cada vez más países han orientado las regulaciones en materia de insumos agrícolas hacia la disminución de ciertos elementos, como el cobre, porque la acumulación de este en los suelos ha ido en aumento.
“Un exceso de cualquier elemento en el suelo cambia su estructura, provocando daños en las raíces. Por eso nosotros nos enfocamos en que las aplicaciones sean sólo en las cantidades necesarias; por ejemplo, se necesita un kilo de cobre por hectárea para atacar un patógeno, pero algunas empresas ‘sugieren’ aumentar el volumen de aplicaciones, para vender más. ¿Qué sucede entonces? Que el suelo toma la cantidad que necesita y el resto se acumula en el suelo, generando resistencias”
Otro aspecto en el que la empresa ha enfocado sus esfuerzos es la nutrición especializada, porque muchas veces los productores no saben cuál es el elemento que necesita su cultivo, en un momento específico. Entonces, al aplicar un producto con multiminerales, la planta se ‘confunde’ y no sabe cuál escoger. “Una nutrición bien dirigida es clave para una adecuada bioestimulación. Esta relación se explica igual en las personas: si tienes una enfermedad y no te alimentas adecuadamente, aunque tomes tus medicamentos no vas a mejorar. Por ello, siempre que desarolla un producto, Algas Pacific realiza pruebas en diferentes cultivos, zonas y condiciones para evaluar, con base en las necesidades de nutrición, la efectividad y rentabilidad”. Por su importancia comercial, algunos de los cultivos con mayor demanda de los productos desarrollados por la empresa son berries, nogal pecanero, chiles, cítricos, granos y frutales como plátano y papaya.
Invertir en resultados
Cuando un agricultor elige las soluciones de Algas Pacific invierte en su marca porque mejora la calidad de su producción y los rendimientos, lo que al mismo tiempo fortalece su negocio, destaca Myrna Lora. Al respecto, David Lora apunta que si bien las inversiones plantean algún nivel de riesgo, las soluciones de Algas Pacific no ponen en riesgo los recursos de un productor. “Nos comprometemos a dar resultados. Garantizamos los mejores resultados porque de lo contrario, estaríamos fuera del negocio”. Hace 12 años, Algas Pacific comenzó con una producción anual de 40 mil litros de sus soluciones. Para 2024, el reto es producir un millón 300 mil litros, que no son pocos para una empresa conformada por 48 colaboradores. Gracias a la eficacia de sus productos, Algas Pacific es la única empresa mexicana de insumos agrícolas a base de algas marinas que ha logrado llegar a mercados como Estados Unidos, España y Chile; y en el corto plazo, sus soluciones llegarán a los agricultores de Francia, Holanda, Ecuador y Costa Rica.